COGITIAR ha ofrecido esta semana, en su salón de actos, un curso intensivo sobre el ejercicio libre de la profesión, en el que más de medio centenar de colegiados inscritos a esta formación han tenido acceso a las claves fundamentales para dar el paso y trabajar por cuenta propia de la mano de cuatro expertos en sus respectivas áreas, ya sea como actividad exclusiva o compatibilizándolo con otro empleo. El objetivo del Colegio, en este sentido, es “plantar la semilla” para que todos los colegiados que tengan interés cuenten con una base sólida para dar un giro a su trayectoria profesional o, como mínimo, contemplar la posibilidad de hacer proyectos por su cuenta, dadas las ventajas que ofrece. Por eso, además, todos los asistentes al curso tienen la posibilidad de pasar a formar parte de una bolsa de empleo a la que otros compañeros que hacen ejercicio libre podrán recurrir en busca de colaboraciones y networking.
En la primera sesión, el abogado de COGITIAR, Francisco Gracia, abordó las obligaciones fiscales y jurídicas que conlleva ejercer como ingeniero técnico industrial, entre las que destacó los impuestos, la cotización y las competencias y atribuciones. Lejos de infundir miedo, Gracia aseguró que todos estos aspectos “son muy salvables, aunque de entrada impongan”, ya que el mismo problema aparece repetidamente pero solo hay que solucionarlo la primera vez. “Cuando se aprende a resolverlo, se convierte en una rutina”, afirmó.
Con tono didáctico, el abogado del Colegio explicó asuntos relativos a las facturas, el IVA o las diferencias entre cotizar a la Seguridad Social desde el RETA y darse de alta en Mupiti. Una de las cuestiones que más preguntas suscitó entre los asistentes fue el seguro de responsabilidad civil. “Trabaja tranquilo, no merece la pena correr riesgos”, subrayó con rotundidad Gracia. Así, el abogado aconsejó no darse de baja con la jubilación o el fallecimiento, sino pasarse a la modalidad de inactivo “para mantener la cobertura hasta diez años después de entregado el proyecto a cuota cero”, e informó de que, gracias al trabajo sindicato de 30 colegios de toda España, COGITIAR ofrece un seguro colectivo a un precio muy asequible.
El martes, el encargado de impartir la clase fue Javier Gamón, consultor de márketing y coach, quien ofreció pautas generales y herramientas para trabajar su marca personal. El experto planteó a los asistentes una serie de preguntas que deben hacerse para conocerse mejor y saber qué valor diferencial ponen en el mercado frente a sus competidores cuando trabajen por cuenta propia. Al respecto, apuntó que el valor es el resultado de la suma de nuestros conocimientos y habilidades multiplicados por la actitud. “Puntúan la capacidad, la experiencia, las atribuciones, el ingenio… pero, en definitiva, a la gente se la valora por su forma de ser”, sentenció.
Asimismo, Gamón insistió en la importancia de identificar las debilidades y fortalezas propias y enumeró las competencias que, en su opinión, deberían desarrollar para tener más garantías de triunfar: comunicación, liderazgo, proactividad, constancia, adaptación al cambio, formación permanente, innovación, orientación al cliente y digitalización. “La fórmula del éxito es una suma de motivación, preparación y método”, resumió.
En la tercera jornada, la sesión estuvo dirigida por Carlos Lozano, ingeniero técnico en la Asociación de Entidades del Sistema de la Seguridad Industrial de Aragón (AESSIA). Según expuso, la seguridad industrial tiene como objetivo la prevención y limitación de riesgos derivados de la actividad industrial o de la utilización, funcionamiento y mantenimiento de instalaciones o equipos y de la producción, uso o consumo, almacenamiento o desecho de productos industriales. Asimismo, distinguió entre estos – como pueden ser aparatos de elevación, grúas torre algunos tipos de carretillas- y las instalaciones industriales: combustibles gaseosos, instalaciones petrolíferas, almacenes de productos químicos, líneas eléctricas de alta y baja tensión, eficiencia energética…
Lozano mencionó los reglamentos de seguridad industrial según los proyectos que se tengan que abordar, así como las tablas de documentación a presentar en las comunicaciones de instalaciones eléctricas de baja tensión antes de su puesta en servicio. Fundamental resultó también su presentación de la Plataforma ‘Pegasso’, que, desde la web de Aessia, permite subir documentos, sellarlos e incorporarlos al Registro Único de Instalaciones (RUI), la base de datos del Departamento de Industria del Gobierno de Aragón. También hubo tiempo para los trámites de casos especiales, entre los que se encuentran los puntos de recarga de vehículos eléctricos, autoconsumo interconectado, grupos electrógenos o instalaciones temporales, sin olvidar un apartado para las energías renovables. “Hay mucho volumen de proyectos, están en auge”, destacó.
Como cierre del curso, el jueves, el secretario técnico de COGITIAR, Luis Labuena, habló de los tipos de licencias municipales, analizando todas las situaciones que se le pueden presentar al ingeniero ante un proyecto de estas características. Tras aclarar conceptos previos como declaración responsable, comunicación previa (documentación técnica certificada) y solicitud de licencia previa al inicio de las obras (en el caso de los proyectos más complicados), Labuena advirtió a los asistentes de que no se asustaran con la cantidad de normativa que hay que cumplir entre leyes, reglamentos, reales decretos, planes generales, ordenanzas municipales y códigos técnicos. “La clave está en saber dónde buscar las respuestas, no en aprenderlo de memoria”, aseguró.
Con un enfoque útil, Labuena explicó casos concretos de los proyectos más habituales en materia de licencias municipales y apuntó a varios aspectos como los principales a los prestar atención: accesibilidad, ventilación, salidas de emergencia, extracción de humos, aforo y problemas acústicos. En esta línea, afirmó que un ingeniero técnico industrial tiene atribuciones para firmar obras, por ejemplo, de un supermercado o tienda siempre que su superficie no supere los 2.500 metros cuadrados, ante la mirada atónita de todos los asistentes. “Lo podéis hacer prácticamente todo”, les animó. “Os aseguro que esto genera más entusiasmo y motivación que trabajar en una fábrica para otro”, apostilló.
Sin embargo, Labuena también reconoció la realidad del ejercicio libre y sus dificultades. “Yo os aconsejo que no os tiréis a la piscina si tenéis un trabajo por cuenta ajena. Empezad a hacer proyectos simultáneamente en vuestros ratos libres para ir aprendiendo y sacaros un sobresueldo. Y, una vez que tengáis suficientes clientes, intentad vivir de esto, porque todos tenéis capacidad y es muy gratificante”, subrayó. Respecto al tiempo de dedicación, el secretario técnico del Colegio indicó que depende “de la disponibilidad de cada uno y de cómo se organice”. “El primer proyecto es el que más cuesta, y es cierto que cuando no surge un problema, surge otro; pero eso sucede en la mayoría de los trabajos”, añadió.
Al final de la jornada, el decano de COGITIAR, Enrique Zaro, clausuró el curso e invitó a los participantes en el curso a conocerse posteriormente en el salón social, de manera más distendida, para facilitar oportunidades de negocio.
Los inscritos en el curso que no pudieron asistir a las sesiones tienen a su disposición las grabaciones de las clases, bajo solicitud al Colegio mediante el email/teléfono