COGITIAR te da las claves para ser ingeniero en ejercicio libre.

Enrique Zaro y Luis Labuena, decano y director técnico de COGITIAR, respectivamente, reunieron el pasado día 26 a más de 50 colegiados en el salón de actos del Colegio en una jornada sobre iniciación al ejercicio libre de la profesión. Se trata de una alternativa laboral digna de considerar puesto que actualmente existe una alta demanda y se prevé que esta siga creciendo en los próximos años, por lo que COGITIAR quiere contribuir a impulsarla con varias acciones informativas y de promoción para animar a sus colegiados.

El ejercicio libre es la parte de la Ingeniería donde se hace uso de las atribuciones del ingeniero técnico al firmar los proyectos. Se estima que el 17% de los ingenieros de la rama industrial en España se dedican al ejercicio libre, tanto a la redacción y ejecución de sus propios proyectos como a la dirección de obra. De ellos, el grupo de edad mayoritario es el de entre 40 y 49 años, con casi un 43%, seguido del de entre 50 y 59 años, con un 31%. Por el contrario, apenas un 12% de los ingenieros industriales en ejercicio libre tienen entre 20 y 39 años.

Zaro, que lleva varias décadas en el ejercicio libre y acumula más de 4.000 proyectos y certificaciones durante su carrera profesional, animó a los asistentes a “perder el miedo” por innumerables razones, tantos laborales como personales: prestigio, evolución, aprendizaje, libertad, disfrute… “El 70% de los proyectos que se hacen en España los hacemos los ingenieros técnicos industriales. Tenemos un mundo entero a nuestra disposición y tenéis que aprovecharlo, porque apenas 400 de los más de 4.500 colegiados nos dedicamos al ejercicio libre y es compatible con el trabajo por cuenta ajena para una empresa”, apuntó.

En este sentido, reconoció que “todo requiere un esfuerzo”, pero recordó que los reglamentos y las normativas “nos sirven de guía para saber cómo hay que hacer las cosas”, y recordó que el Colegio también apoya con cursos y formación. “Salir de la zona de confort y ver cómo una idea que se plasma en un folio se hace realidad es muy bonito”, añadió.

Por su parte, Labuena explicó que los Grados en Mecánica, Electricidad, Química, Electrónica y Mecatrónica tienen atribuciones para firmar proyectos, aunque en función de la especialidad existen ciertas limitaciones y no se pueden proyectar viviendas ni edificios nuevos para uso residencial, sanitario, docente, administrativo y religioso. Asimismo, aclaró que entre los requisitos legales para iniciarse en el ejercicio libre de la profesión se encuentra estar colegiado y tener un seguro de responsabilidad civil, ya que esta se prolonga durante los 10 años siguientes del proyecto.

En cuanto a los tipos de proyectos que se pueden realizar, estos van desde instalaciones eléctricas de alta y baja tensión, gas y agua hasta combustibles líquidos y almacenamiento de productos químicos, pasando por calefacción, climatización, recipientes a presión, instalaciones frigoríficas, de vapor, aparatos elevadores, reformas de importancia para vehículos, parques de energía fotovoltaica y eólica e instalaciones de cogeneración. Del mismo modo, los ingenieros en ejercicio libre tienen atribuciones para hacer peritaciones, valoraciones, tasaciones, informes y proyectos relacionados con licencias municipales de apertura, prevención de incendios, construcción de naves, acondicionamiento de locales y planes de seguridad y salud.

“Lo que más cuesta es manejar documentos y saber dónde presentarlos, pero desde el Colegio os podemos ayudar”, insistió Labuena, que aconsejó a los asistentes “empezar por cosas pequeñas y sencillas” para entrar en la dinámica e ir adquiriendo experiencia. “Económicamente al principio es un sobresueldo muy interesante, y poco a poco las cifras van creciendo hasta suponer varios miles de euros al año”, destacó.

El Colegio, en su labor de orientador, presta servicios de asesoramiento jurídico, laboral y técnico en tipos de contratos y salarios mínimos, fiscalidad, defensa profesional, normativas y oposiciones, entre otros asuntos. Todos ellos están coronados por el visado de trabajos profesionales, un servicio de comprobación administrativa y supervisión técnica mediante el que se garantiza la identidad y habilitación legal del técnico autor; la observancia de la normativa de obligado cumplimiento; y la corrección e integridad formal de la documentación integrante del proyecto de acuerdo con la legislación actual. “El visado colegial es el instrumento básico de que dispone COGITIAR para hacer cumplir su fin esencial de ordenación de la profesión previsto en el ordenamiento jurídico, mediante el cual se verifica el cumplimiento de las normas generales y específicas de aplicación, ya sean de tipo administrativo o técnico. Su fin último es asegurar que nuestra profesión se ejerza de acuerdo a unos mínimos de calidad y seguridad”, detalló Labuena.